Por sus beneficios ecológicos y
económicos para el país, es necesario invertir en la conservación de las zonas
de arrecifes coralinos mexicanos, advierte Juan Pablo Carricart Ganivet,
especialista de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Centro Público de
Investigación del Conacyt.
De acuerdo con el investigador,
los corales, presentes en la Tierra desde hace aproximadamente 18 millones de
años, son los responsables de la construcción de los arrecifes. El balance
positivo entre construcción y destrucción del arrecife es muy frágil: nueve de
cada diez partes de arrecife que se forman se pierden, debido al impacto de la
marea, los huracanes y otros fenómenos naturales, por lo que "si nosotros
(los seres humanos) contribuimos a su destrucción, este balance positivo en el
ecosistema se romperá".
Las principales amenazas
antropogénicas (causadas por el hombre) que se ciernen sobre los arrecifes
coralinos son el desarrollo costero no sustentable, contaminación marina,
sobreexplotación de los recursos, erosión y la contaminación continental.
El investigador señala que es
necesario tomar conciencia de la importancia de conservar los arrecifes pues,
además de los beneficios mencionados, protegen a las costas de la fuerza de los
huracanes y, en el caso del Caribe mexicano, le dan su potencial turístico.
Se afirma que "en términos
energéticos, una sección de 12 km lineales de arrecife en el norte de Quintana
Roo disipó el equivalente a 25 bombas atómicas durante el paso del huracán
Wilma en octubre de 2005". Por lo anterior, la conservación de los
arrecifes se convierte "en un asunto de seguridad nacional".
Respecto al valor turístico de
los arrecifes, el investigador de la Unidad Chetumal del Ecosur puntualiza que
los corales y arrecifes de coral son los responsables de las aguas azul
turquesa y las arenas blancas del Caribe mexicano, características que lo hacen
famoso a nivel mundial. Si el arrecife se ve deteriorado, estas características
se perderían y "los turistas ya no vendrán", lo que afectaría al
sector turístico, que genera "el 10 por ciento del Producto Interno Bruto
del país".
Las zonas nacionales de arrecifes
más importantes se encuentran en el Atlántico, principalmente en el Mar Caribe;
aunque también las hay en el Golfo de México y en el Océano Pacífico, en este
último, las islas del Golfo de California y las costas de Guerrero y Oaxaca
concentran las mayores extensiones. Sin embargo, la cobertura de coral vivo va
únicamente del cinco al 50 por ciento, "cuando debería ser del 100".
De acuerdo con el especialista,
estudios realizados indican que el crecimiento coralino aumentaría "hasta
50 por ciento si fuéramos capaces de limpiar el agua de los puertos, para lo
cual sí existe la tecnología".
Para proteger los arrecifes,
Carricart Ganivet sugiere revisar la legislación mexicana, pues aunque
reconoció que existen avances, es necesario, por ejemplo, modificar la Norma
Oficial Mexicana (NOM) sobre la calidad del agua, la cual sólo contempla
estándares para los contaminantes que podrían afectar al ser humano, cuando
también debería haber parámetros del daño a cualquier ecosistema.
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